No soy de gustos muy finos, ni tampoco acostumbro vestir ropa o zapatos de renombre internacional, sin embargo, para escribir esta entrada me di a la tarea de averiguar cuáles son algunas de las marcas más lujosas y exclusivas. Para sorpresa mía no hallé marcas como Armani, Gucci o Versace, sino algunas que nunca había escuchado antes como trajes italianos Cifonelli, corbatas Marinella. lentes Tiffany & Co o zapatos hechos a la medida Berluti. Estos zapatos tienen como característica principal el hecho de que usan las mejores materias primas y para fabricar un par se requiere un proceso artesanal que incluye 25o pasos diferentes, sobra decir que su precio es prohibitivo y que por tal razón sólo algunos -como Robert de Niro- son clientes frecuentes.
Los zapatos Berluti gozan de otra particularidad que tiene que ver mucho con el precio que se paga por un par: su distribución es exclusiva, únicamente se pueden comprar en ocho tiendas en Europa y en Estados Unidos sólo se ofrecen en una boutique de la Quinta Avenida en Nueva York. Es decir, no cualquier mortal puede tener acceso a unos buenos zapatos Berluti. Esta característica los hace un ejemplo de un concepto de economía que me llama mucho la atención y que se conoce como externalidad de red.
Las externalidades de red pueden definirse como aquellos efectos que hacen que el valor de un producto para un usuario dependa no sólo del producto en sí mismo sino del número de usuarios que utilicen dicho producto. Es decir, el valor que tiene un bien para una persona variará dependiendo de la cantidad de personas que tengan acceso a bienes del mismo tipo.
El concepto de externalidad de red es relativamente nuevo y se ha aplicado notablemente al contexto de la economía digital, un ejemplo sencillo es el hecho de que un usuario de correo electrónico se beneficia más si todos sus amigos tienen cuenta de correo y menos si nadie usa este servicio. Este es un efecto positivo de externalidad de red o efecto "arrastre", el cual se da cuando un consumidor tiene un pensamiento similar a "quiero una cuenta de correo por que todos tienen cuenta de correo electrónico".
Otro efecto de una externalidad de red se da en sentido contrario y es conocido como efecto "snob", sucede cuando el usuario de un bien obtiene mayor beneficio al ver excluidos a otros individuos de tener acceso al mismo bien: Robert de Niro se beneficia más por el hecho de que ni Rodrigo Mota o Norma Garza ni otros miles de personas tengan un par de zapatos Berluti o unos lentes Tiffany & Co de diseño personalizado.
La misma marca propicia este efecto ya que como se mencionó anteriormente Berluti tiene únicamente nueve tiendas alrededor del mundo. El efecto "snob" provoca entonces que mientras menos personas dispongan del bien más deseable será éste, más exclusivo, convirtiéndose en signo de distinción. El efecto no es sólo de precio sino una cuestión de exclusividad. Para mantener esta condición, las marcas y los mismos consumidores de bienes exclusivos evitan que surga un efecto "arrastre".
En fin, yo prefiero unos tenis...