Justo un día antes de las últimas elecciones platicaba con dos amigas sobre la relevancia política de las mismas. No era una charla de profundidad intelectual ni nada por el estilo, pero hubo un comentario que me llamó la atención; una de ellas comentó: “yo votaría por equis candidato porque ofrece eliminar el peaje de la autopista en la que me ahorro el tráfico” No recuerdo el nombre del candidato, ni el partido, ni la autopista…
Reflexionando un poco acerca de “la propuesta” ¿Es un ofrecimiento político inteligente que en verdad beneficiaría a los ciudadanos? La economía y la forma en que las personas toman decisiones nos dirían que no lo es, por más popular que suene… (Lo cual también sucede con muchas otras “propuestas políticas”)
El peaje es un precio que las personas pagan por el uso de la autopista. Como cualquier precio, la cuota es útil para racionar el uso del servicio: aquellos que más valúan su tiempo o tienen mayor intolerancia al tráfico están dispuestos a pagar la cantidad de dinero dispuesta en la caseta, aquellos que no lo hacen, simplemente prefieren no pagar, pues valúan más no hacer el gasto y valúan menos su tiempo o los inconvenientes del tráfico.
Pensemos en una situación favorable en la que la autopista en ningún momento del día sufre de congestión (ja!), si se elimina el peaje, se acaba con el mecanismo que raciona el uso de la autopista, el costo de que un auto adicional circule por ella sería nulo y automáticamente el tránsito aumentaría… ¿dónde queda el beneficio al ciudadano?
Reflexionando un poco acerca de “la propuesta” ¿Es un ofrecimiento político inteligente que en verdad beneficiaría a los ciudadanos? La economía y la forma en que las personas toman decisiones nos dirían que no lo es, por más popular que suene… (Lo cual también sucede con muchas otras “propuestas políticas”)
El peaje es un precio que las personas pagan por el uso de la autopista. Como cualquier precio, la cuota es útil para racionar el uso del servicio: aquellos que más valúan su tiempo o tienen mayor intolerancia al tráfico están dispuestos a pagar la cantidad de dinero dispuesta en la caseta, aquellos que no lo hacen, simplemente prefieren no pagar, pues valúan más no hacer el gasto y valúan menos su tiempo o los inconvenientes del tráfico.
Pensemos en una situación favorable en la que la autopista en ningún momento del día sufre de congestión (ja!), si se elimina el peaje, se acaba con el mecanismo que raciona el uso de la autopista, el costo de que un auto adicional circule por ella sería nulo y automáticamente el tránsito aumentaría… ¿dónde queda el beneficio al ciudadano?
Me enteré recientemente de que el Viaducto Elevado Bicentenario del Estado de México cobrará un peaje que en su tarifa máxima será de 26 pesos. Obviamente, esto ha desencadenado una serie de molestias políticas y ciudadanas.
Tal vez si todas las personas conocieran un poco más de economía opinarían diferente: el peaje en el Viaducto –como una obra que pretende aligerar el tráfico caótico del lugar- tiene todo el sentido del mundo. Desde el punto de vista económico, tiene sustento el hecho de que los costos los cubran quienes utilicen el servicio, quién más valúe su tiempo y quien más tenga aversión al tráfico… Además, es una forma de racionar el uso del servicio, incluso se mejoraría al establecer tarifas diferenciadas dependiendo de las horas, ya sean horas pico con peaje alto u horas de baja circulación con cuotas bajas.
Si los habitantes de Satélite y Lomas Verdes tomaran el Segundo Piso de Periférico a las 8.30 AM en dirección Viaducto o a las 9 PM cerca de Luis Cabrera se darían cuenta de que más carriles por arriba no necesariamente te libran del tráfico…
Tal vez si todas las personas conocieran un poco más de economía opinarían diferente: el peaje en el Viaducto –como una obra que pretende aligerar el tráfico caótico del lugar- tiene todo el sentido del mundo. Desde el punto de vista económico, tiene sustento el hecho de que los costos los cubran quienes utilicen el servicio, quién más valúe su tiempo y quien más tenga aversión al tráfico… Además, es una forma de racionar el uso del servicio, incluso se mejoraría al establecer tarifas diferenciadas dependiendo de las horas, ya sean horas pico con peaje alto u horas de baja circulación con cuotas bajas.
Si los habitantes de Satélite y Lomas Verdes tomaran el Segundo Piso de Periférico a las 8.30 AM en dirección Viaducto o a las 9 PM cerca de Luis Cabrera se darían cuenta de que más carriles por arriba no necesariamente te libran del tráfico…